Excesos en Navidad y Año Nuevo. ¿Por qué los aceptamos?
Culturalmente existen fechas en las que hay una mayor flexibilidad y tolerancia social frente a los excesos: en las compras, en el consumo de bebidas o de comida. En las fiestas de fin de año, pareciera que excederse es la norma.
Si el año a despedir ha sido negativo, la premisa es festejar su fin, anhelando que el próximo sea mejor. En esa despedida, el brindis forma parte esencial del ritual. Algunas personas se aferran a la bebida alcohólica como forma de festejar el final de un año para el olvido. Por el contrario, si ha sido un excelente año, también “hay” que brindar. Culturalmente se asocia celebrar los logros obtenidos con las bebidas alcohólicas.
De esta manera, se va conformando una creencia acerca de que para festejar se necesita de algunas copas de alcohol. Así, con la presencia de estas bebidas en la mesa, el ritual quedaría completado.
El menú socialmente establecido y la responsabilidad del consumidor
Las bebidas alcohólicas forman parte del menú de las fiestas de fin de año. Carne asada, turrones, panettone, cava o champán. Son elementos que no pueden faltar en la mesa familiar.
Este hecho no implica necesariamente un problema. Las compras, la comida y la bebida no representan una situación problemática en sí mismas.
En este sentido, cabe señalar la diferencia que existe entre un comportamiento moderado y uno excesivo. Cuando hablamos de exceso estamos haciendo referencia a una conducta que supera ciertos límites, que aparentemente escapa a un control racional, que es impulsiva. En este punto podemos situar a las compras compulsivas, el consumo problemático de bebidas alcohólicas o comer en exceso.
Las fiestas de fin de año tienen sentidos diferentes en cada persona. Para algunos simbolizan unión, fiesta, reencuentro con familia y amigos. Para otros, potencian sentimientos de soledad, duelos no elaborados, nostalgias. Sin embargo, el exceso puede ser parte de ambas percepciones tan opuestas.
La oferta y demanda de bebidas alcohólicas
En estas fechas se produce un alto incremento de promociones y descuentos de bebidas. Este incentivo comercial es parte de la concepción de que es normal beber alcohol en estos días. La moderación o la falta de límites dependerán de cuál es la relación que cada persona establezca con la bebida.
Desde ya, cabe aclarar, que no toda persona que elija beber alcohol en estas fiestas se convertirá en una persona alcohólica: el simple hecho de beber no caracteriza a la persona como tal.
Se trata de una persona alcohólica si se vincula con el alcohol de manera compulsiva, dependiente y con abstinencia.
Las bebidas alcohólicas son socialmente aceptadas y promovidas. Esta situación se produce en cualquier época, pero principalmente en fechas especiales, como lo es el final del año.
Sin embargo, cuando hablamos de los excesos con el alcohol en estas fiestas, no estamos haciendo hincapié únicamente a aquellos comportamientos que se vinculan con el problema de alcoholismo. Al hablar de excesos, podemos incluir formas de consumo que son esporádicas y abusivas, pero que tienen efectos negativos. Puedes leer este artículo, para conocer más acerca del consumo esporádico de sustancias.
El abuso de alcohol
Un consumo excesivo de alcohol, aunque sea en una ocasión especial, es capaz de producir consecuencias negativas graves.
Cuando la persona abusa de esta sustancia, corre el riesgo de:
Tener dificultades en su coordinación psico-motriz.
Protagonizar escenas de las que luego se arrepienta (sentirse ridiculizado, el “payasito” de la fiesta).
Presentar alteraciones en su percepción, atención y memoria.
Padecer accidentes.
Realizar conductas inseguras o de peligro para sí mismo o para otros.
El abuso de alcohol, es una forma problemática de beber. Supera los límites de un consumo simple, como el que predican las etiquetas de los envases: “beba con moderación”. Cuando esta manera de vincularse con el alcohol se torna difícil o imposible, la persona llega a pensar que la bebida la controla. Esta sensación se produce debido a la dificultad en ponerse límites a la hora de tomar una nueva copa, lata o botella. Si quieres saber más acerca del consumo excesivo de alcohol, puedes leer este artículo.
¿Se puede celebrar sin alcohol?
Beber alcohol, por lo general, es sinónimo de festejo, alegría y diversión. Sin embargo, como ya hemos visto, consumir alcohol en exceso puede equivaler a problemas o riesgos.
Se puede celebrar sin alcohol, como también se puede festejar con un consumo moderado. También son fiestas aquellas en las que la bebida alcohólica no es la protagonista infaltable.
Cada persona tiene un vínculo diferente con el alcohol. Algunos no beben, otros lo hacen de forma controlada y otros tienen un grave problema con él.
Si piensas que tu consumo de alcohol es problemático, no dudes en consultarnos. En Ahora Psicoterapia somos profesionales especialistas en alcoholismo y otras adicciones.
Deseamos que tengas unas muy felices fiestas, con salud y bienestar.
¿Necesitas más información?
Estamos encantados de ayudarte y responderte a cualquier duda que te haya surgido. Ponte en contacto con nosotros a través del siguiente formulario.