Mitomanía: La adicción a mentir

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Las mentiras son expresiones construidas con diferentes finalidades. Las hay sutiles y otras más relevantes. Hay mentiras que acompañan el deseo de no herir a otra persona; otras que se dicen para evitar un problema. En definitiva, las mentiras parecen ser parte de la especie humana y no siempre van ligadas a la deshonestidad, la traición o la deslealtad. Por lo tanto, de alguna manera, es válido pensar que todos hemos recurrido a ellas en algún momento de nuestra vida juvenil o adulta. Sin embargo, hay mentiras que cumplen un rol principal en la vida de ciertas personas. Para ellas, la mentira forma parte de su diario vivir, como si necesitaran recurrir a ella en el desarrollo de su vida cotidiana, con grandes dificultades para ejercer frente a ella un control racional, con límites. Hoy vamos a hablar acerca de la mitomanía, también conocida como mentira patológica o adicción a mentir.

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La mentira como comportamiento adictivo

Aunque las mentiras suelen aparecer de alguna u otra forma en nuestras vidas, son mal vistas y una persona mentirosa es percibida con adjetivos negativos. Se la considera como mala persona, conflictiva, alguien a quien es mejor tener lejos.

Cuando una persona tiene una relación compulsiva con la mentira, toda su vida se ve afectada por esta situación. Se transforma en un problema. La necesidad de sostener una mentira o de crear nuevas mentiras que apoyen a otra anterior, puede generar altos niveles de estrés y ansiedad. La mentira compulsiva puede conducir a conflictos en el trabajo o el estudio y principalmente afecta el área vincular. Nadie desea estar cerca de un mentiroso, justamente por las connotaciones negativas que se le adjudican.

Sin embargo, en la mitomanía, la persona no suele tener malas intenciones o deseos de lastimar a los seres queridos. Simplemente, no puede dejar de mentir, como el alcohólico no puede dejar de beber alcohol.

Entonces, cuando una persona miente de forma compulsiva y esto es percibido por su entorno, se debe considerar la situación como un problema complejo. No se trata de un capricho, una maldad o algo personal en contra de la persona que recibe la mentira. 

¿Qué es la mitomanía?

Cuando hablamos de mitomanía, hablamos de una relación de dependencia que una persona establece con las mentiras. Siente que las necesita. ¿Para qué? Eso dependerá de cada persona. Cuando hablamos del para qué, nos referimos a qué función cumple la utilización de mentiras. Puede ser para sentirse valorado, interesante, perteneciente a determinado grupo social, llamar la atención, evitar problemas. Esta última función, termina entrando en contradicción, ya que el mentir como intento de evitar un problema, puede generar nuevos problemas.

Los objetivos de la mentira no suelen ser conscientes ni van en búsqueda de resultados concretos. El mitómano miente hasta con situaciones mínimas, irrelevantes e innecesarias, por compulsión. Como si se le impusiera la mentira, como si no tuviera otras opciones para relacionarse y afrontar conflictos intra e interpersonales. Lee este artículo si quieres obtener información acerca de la resolución de conflictos y la inteligencia emocional.

¿Por qué hay personas que mienten compulsivamente?

Como causas, en términos generales, podemos hablar de baja autoestima, dificultades para resolver conflictos, ausencia de habilidades sociales, conflictos interpersonales, sentimiento de inferioridad, miedo al qué dirán, inseguridades.

La mentira le genera al mitómano una sensación de alivio y de placer inicial. Esta gratificación temporal, genera una dependencia física y psicológica. El cuerpo pide repetir este comportamiento compulsivo para volver a sentir adrenalina y dopamina que son segregadas en el acto de mentir en la mitomanía. Infórmate más acerca de estos procesos en este artículo. Además, en esta problemática, existe también dependencia psicológica, que lleva a la persona a mentir de manera compulsiva, como forma de vida, con la falsa percepción de que necesita de la mentira para funcionar mejor, ser aceptado socialmente o tener mayor éxito.

La mitomanía, ¿tiene arreglo?

Sí, la mentira como comportamiento adictivo, puede ser tratada como una conducta compulsiva: una relación con la mentira que se ha aprendido y desarrollado con determinados fines individuales e inconscientes y que se ha tornado necesaria y problemática. La terapia psicológica de la mitomanía permitirá no sólo comprender esta conducta, si no también poder trabajar terapéuticamente con la autoestima de la persona, construir nuevos recursos, instaurar hábitos saludables que reemplacen a la mentira como solución o refugio emocional. Puedes leer acerca de cómo la psicoterapia puede ayudar a superar una adicción en este artículo.  

Si has identificado que tienes dificultades con el uso de las mentiras o tienes un ser querido que miente compulsivamente, es importante comprender que se trata de una conducta compleja, de un problema, que puede encontrar cambios saludables y recuperación en la terapia psicológica.

Si necesitas más información o quieres orientación sobre la mitomanía, puedes solicitar una primera consulta gratuita en Ahora Psicoterapia.

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