Verano y adicciones: ¿Qué pasa con la terapia en vacaciones?

Llega el verano, el buen tiempo, las vacaciones… y con todo eso, una mayor sensación de libertad. En muchos casos esto significa alegría, descanso y desconexión. Pero si estás en un proceso de deshabituación o tratamiento por una adicción, el verano puede convertirse en un período especialmente vulnerable.

¿Es momento de parar la terapia? ¿Puedo relajarme también con eso? Hoy te hablamos de por qué es importante seguir cuidándote durante el verano y cómo puedes prepararte para disfrutar sin poner en riesgo tu proceso.

Los riesgos para tu adicción del verano

Las altas temperaturas, los días largos, los encuentros sociales y la sensación de “todo vale” hacen que aumenten los riesgos de recaída. Aquí te dejamos los principales factores de riesgo a tener en cuenta:

  1. Sensación de falsa segurida

    Puedes sentir que estás bien, que ya no necesitas ayuda o que puedes controlar ciertas situaciones por tu cuenta. Ojo: pensamientos como “no pasa nada si falto a una sesión” o “una no es nada” pueden ser señales de alerta. El autoengaño forma parte del patrón de las adicciones.

  2. Abandono emocional en las sesiones

    A veces seguimos yendo a terapia pero de forma automática, sin implicación real. Relajarse no significa desconectar del todo de tu proceso. Habla abiertamente con tu terapeuta sobre cómo te sientes en esta etapa.

  3. Presión social aumentada

    Más fiestas, más planes, más “quedamos a tomar algo”. Todo eso puede implicar una mayor exposición a situaciones de riesgo. Prepara mentalmente tus respuestas, anticipa tus límites y prioriza tu bienestar.

  4. No tener alternativas claras

    Si no piensas con antelación en qué pedirás o harás, es más fácil caer en decisiones impulsivas. Ten claro qué bebida te gusta sin alcohol. No se trata de resignarse, sino de disfrutar sin dañar tu proceso.

  5. Idealizar el verano como sinónimo de consumo

    El descanso no tiene por qué ir ligado al consumo. Vacaciones no es lo mismo que “licencia para todo”. Es un momento ideal para practicar autocuidado real.

  6. Aburrimiento y pérdida de rutinas

    Con más tiempo libre, pueden aparecer el aburrimiento, el vacío o el descontrol. En personas con adicción al juego o consumo compulsivo, este contexto puede ser muy peligroso si no hay planificación.

  7. Festivales y eventos masivos

    Muchos de estos eventos están fuertemente asociados al consumo. Pregúntate antes de ir: ¿me siento preparado? ¿Puedo disfrutar sin consumir? ¿Tengo una red de apoyo clara en caso de sentirme mal?

Factores de protección: lo que puedes hacer

El verano también puede ser una oportunidad para reforzarte. Aquí tienes algunas estrategias clave:

  • Sigue priorizando la terapia. Aunque tengas vacaciones, intenta mantener tus sesiones. Si viajas, habla con tu terapeuta para adaptarlas (online, diferidas…).

  • Haz chequeos emocionales. Regálate ratos para parar, preguntarte cómo estás y reconocer si hay deseos de consumir o pensamientos engañosos.

  • Prepara tus alternativas. Es importante tener claro que bebidas nos pueden gustar más y no sentirlas como un castigo por “no poder beber alcohol” y disfrutarla.

  • Busca planes sin alcohol. Caminar por la naturaleza, cine de verano, excursiones, deportes, talleres… Hay muchas formas de pasarlo bien sin poner en riesgo tu salud.

  • Apóyate en los tuyos. Contar a tu entorno lo que estás atravesando y lo que necesitas puede ser muy útil. Quien te quiere, te cuida.

  • Haz una “lista de emergencia” con actividades que te ayuden si sientes aburrimiento, ansiedad o impulsos. Tener ese recurso a mano puede marcar la diferencia.

Emociones de verano: no todas son luz

Aunque desde pequeños asociamos el verano a la felicidad, en la vida adulta las emociones pueden ser más complejas. Algunas comunes en esta etapa:

  • Euforia (riesgo de descontrol).

  • Frustración (por no cumplir expectativas).

  • Aburrimiento.

  • Soledad (cuando todo el mundo parece estar “disfrutando”).

  • Sensación de prohibición o injusticia por no consumir.

Todas estas emociones son válidas. El reto está en aprender a gestionarlas, no en evitarlas.

Este verano, cuídate de verdad

El verano puede ser un tiempo valioso para conectar contigo, disfrutar sin excesos y consolidar todo lo que has avanzado. No te olvides de que el trabajo personal no se va de vacaciones, y eso no es una carga, sino una oportunidad.

Si sientes que necesitas apoyo, hablar con alguien o reforzar tu tratamiento, estamos aquí para ayudarte. No estás solo.

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