Los 7 pasos para superar a tu ex
Si estás aquí es porque te encuentras en una situación complicada y buscas ayuda sobre como llevarla. Para algunas personas una ruptura puede ser una experiencia desgarradora y traumática. Vivirla de esta manera depende, en gran parte, de nosotros mismos: nuestra personalidad, nuestra historia de vida y aprendizajes previos puede ser determinante para la superación.
Dejar atrás una relación es como deshacer un nudo que se ha ido apretando a lo largo del tiempo que ha durado la relación. Este nudo es la dependencia emocional, que en mayor o menor medida todas las relaciones tienen, un tipo de dependencia que en ocasiones puede ser funcional o disfuncional, pero que sin duda está muy relacionado con la forma en la que las personas vivenciamos la ruptura y es el motivo por el que estamos tratando este tema en un blog sobre psicología, adicciones y dependencias.
Cada persona es única a la hora de vivir una pérdida, pero lo que todos podemos tener en común son las estrategias o herramientas que podemos incorporar para afrontar esta situación. Con una buena orientación podemos pasar de un tremendo dolor a una tolerable tristeza y poco a poco, a un esperanzador futuro. Veamos como:
1. No ha sido una pesadilla, ha ocurrido de verdad
Suele ser frecuente despertar y creer que todo ha sido un horrible sueño. Sin embargo el jarro de agua fría que recibimos es real y llega a los pocos segundos. Nuestro cerebro tiene que acostumbrarse a esta nueva realidad y tenemos que darle tiempo para que lo haga. Una forma de ayudarle es dedicar un tiempo a aceptar que ha ocurrido y tolerar el malestar que esto nos produce. Suena difícil pero dedícale tiempo a estos pensamientos que intentamos evitar y descubriremos que estamos en el camino de sanar.
2. El pasado, pasado está
Cuidado con los jinetes del apocalipsis: La culpa, el victimismo, el rencor, la autocrítica…. Todos nos anclan al pasado y no nos permiten avanzar. Los “debería haber hecho” “Si tan solo hubiera cambiado esto” “Siempre me dejan a mí” “Era una egoísta” “Yo no cambié eso que me dijo aquel día” “Esa discusión que tuvimos…”. Son el intento de nuestro cerebro de racionalizar lo que ha ocurrido, de buscar una explicación. Pero si ocurren de forma continua, estos pensamientos lo que buscan es mantenernos en el pasado, como una última oportunidad de estar cerca de esa persona, en una realidad que ya no existe. Es importante apartar estos pensamientos y salir del bucle. Identifícalos cuando te ocurran y sácalos. Practica técnicas de distracción o de relajación que te permitan desviar la atención.
3. Aparta sus cosas y encuentra las tuyas
He aceptado que se ha acabado pero sus cosas siguen por todos lados. Como hemos visto antes, nuestro cerebro necesita tiempo para superar la perdida, está acostumbrado a hacer planes en los que incluíamos a esta persona y el hábito se queda marcado en él. Una forma de ayudarle es eliminar los restos o rastros de esa persona en nuestro entorno; Esa figura que nos regaló, esa foto o ese álbum de música. Puede ser doloroso desprendernos de ellos, pero una forma más sencilla de hacerlo es sustituirlo por algo nuestro que poner en su lugar. Cambiar un cd de música por otro que te recuerda a otro periodo feliz de tu vida, o una figura por un imán de un viaje que hicieras sólo o con otros amigos. De esta forma facilitamos la transición y recordamos que nosotros ya teníamos recuerdos alegres antes de conocer a esta persona.
4. Un futuro lleno de mí mismo/a
La hemos sacado a esta persona de nuestra cabeza, la hemos sacado de nuestra mesita de noche, ahora falta sacarla del futuro. Como decimos anteriormente, estamos acostumbrados a incluir a esta persona en nuestros planes a largo plazo. Es importante desarrollar motivaciones, objetivos y metas futuras que me permitan darme cuenta de lo que tengo por descubrir. Empieza por planes para la siguiente semana o un objetivo para el mes. Busca hobbies o aficiones nuevas o aquellas que solías hacer antes de conocer a esta persona.
5. Saca lo que sientes
Durante todo este proceso es normal sentir tristeza, pena, añoranza, nostalgia e incluso emociones como la frustración, el enfado y la rabia. Es posible que nos sintamos solos o faltos de afecto y de cariño. Es importante que seamos capaces de expresar estas emociones de forma sana, sin aislarnos ni encerrarnos en nosotros mismos. Apóyate en amigos o en familiares y coméntales tu situación. Habla con ellos de los recuerdos que te perturban y de las emociones que se te generan, pero no te olvides de hablar también de tus progresos y tus ilusiones futuras. Es tan importante expresar las emociones del pasado como compartir nuestros avances. Y cuidado: No busques nuevas relaciones de pareja para suplir estas carencias o faltas de afecto. Necesitamos sanar para no herir.
6. Roma no se construyó en un día, ni Zamora se ganó en una hora
Date tiempo. Atento a las auto-zancadillas que nos ponemos para no avanzar; la auto exigencia, la baja tolerancia a la frustración y la dificultad para gestionar las emociones como la tristeza nos pueden bloquear y darnos la sensación de que todo tendría que ir más rápido. Necesitamos tiempo para procesar el cambio y aprender de la nueva situación.
7. Pide ayuda
Esta guía puede ayudarte en etapas primeras del proceso de separación, pero como hemos dicho, puede ser difícil y nos podemos quedar atascados a lo largo del camino. El bloqueo en alguna fase es normal y una buena forma de salir de él es recurrir a ayuda profesional. Hay equipos de psicólogos especializados en acompañar a personas en su proceso de duelo, capaces de organizar y orientar los pensamientos y emociones que a nosotros mismos se nos antojan desbordantes y confusas.
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