Djinn: Un genio que provoca adicciones
La cultura es uno de los ejes principales que fundamentan la adquisición de la información y la comprensión de la misma. En cierto modo, la cultura de la que provenimos se asemeja a un gran filtro por el que toda información pasa. Nuestro valores, creencias e ideas preconcebidas afectan a todos los ámbitos de nuestra vida, incluidos los de la salud mental.
Hoy vamos a comprender una de estas miradas que afectan a una gran parte de la población, la cultura musulmana y el problema de las adicciones y la salud mental.
Desde la cosmovisión marroquí, como en cualquier otra, el sentido de la enfermedad a nivel general se ve muy influenciado por la cultura. Las emociones fuertes como rabia intensa, alegría o tristeza y miedo, así como los sustos, el estrés, recibir una mala noticia, o incluso el contacto con líquidos como la sangre o el agua turbia, pueden ser fuentes de enfermedad mental y de malestar emocional.
Para una parte de los creyentes musulmanes, muchas enfermedades suceden por voluntad de Alá, y del mismo modo también pueden ocurrir por la mala voluntad de una persona, hechicería, mal de ojo o posesiones de Djinns.
¿Qué son los Djinns y cómo nos poseen?
Los Djinns (también jinn, yinn o jinx) son seres sobrenaturales creados por Alá. Se retratan, junto a los Malaika (Ángeles) y los Shayatin (Diablos), con forma corporal y mortal pero no suelen ser visibles a los humanos.
Entran en el hombre o la mujer a través de “las puertas del cuerpo” simbólicas que tenemos. El ano, la vagina, las palmas de las manos, la nariz, los pies o la boca son algunas de las partes por las que puede introducirse la sustancia nociva, pero también la curativa. En el caso de las adicciones algunas de las puertas frecuentes son las manos y la boca.
Estos seres entran a través del cuerpo aprovechando momentos de vulnerabilidad o momentos en la que la persona no tiene equilibrio personal. Es habitual que una posesión o desposesión vaya acompañada de un desmayo o una perdida de conocimiento.
¿Cuáles son los síntomas de estas posesiones?
En la cultura musulmana, suele ser frecuente que los síntomas de la problemática se manifiesten a través de los sueños y sensaciones corporales:
El calor intenso de partes del cuerpo como la frente, pecho o estómago es atribuible a posesiones por Djinn. El nerviosismo, el estrés, la ansiedad…son sensaciones corporales que pueden ser achacadas a la presencia de un ser sobrenatural.
El aviso o la señal de alarma suele ocurrir a través de sueños en los que familiares difuntos avisan de la presencia del peligro, así como experiencias de sobresaltos mientras se duerme, o sacudidas corporales en estados previos al sueño, pueden significar la presencia de un ser maligno o benigno que entra o abandona nuestro cuerpo.
En la adicción una de las señales es la pérdida de control. Al igual que sucede en la cultura occidental, una de las señales de alarma es darnos cuenta de que estamos controlados por una necesidad mayor. Esta falta de control en cuanto al consumo de sustancias, el sexo, o el juego, viene determinada en la cultura musulmana como un ente que nos obliga a consumir.
¿Cómo se cura?
Cada una de las posibles atribuciones culturales que la sociedad musulmana otorga a una enfermedad tiene una causa diferente y va acompañada de una cura concreta. Sin embargo, existe la teoría de que la persona se forma por el cuerpo, la voluntad, el alma y la mente. El trabajo de curación va enfocado a conseguir sanar esas áreas que componen a la persona.
Es muy importante cuáles cree la persona que han sido las causas o causa que ha provocado la posesión por el Djinn. Esto conlleva que la persona afectada pueda permitirse compartir de forma directa su malestar emocional: Las situaciones que lo causan, su vulnerabilidad, inseguridad o perdida de valores, así como los errores o culpas que lleva arrastrando tiempo.
La cura ante posesiones suele ser la peregrinación en familia, repetir ciertas palabras del Corán, remedios medicinales y cambios en el estilo de vida, incluyendo el buscar estar en paz consigo mismo para que el Djinn pueda abandonar el cuerpo.
¿Cómo trabajamos en terapia?
Alejémonos por un momento de las diferencias entre culturas y pongamos el foco de atención sobre las similitudes.
Las enfermedades mentales o físicas aparecen en momentos de estrés, vulnerabilidad o desequilibrio emocional.
Suelen estar asociadas a emociones fuertes, traumas o intensidad.
Entran a través del cuerpo y se perciben a través de sensaciones física.
Cada una tiene una causa diferente y una forma de curar o trabajar en ellas concreta.
Implica abrirse emocionalmente para conocer la causa del problema.
El tratamiento busca retomar el equilibrio personal..
A simple vista, parecen bastante similitudes. Y es que se observa que las diferencias son de forma y no tanto de fondo. Tienen que ver con el acceso de la persona a el trabajo terapéutico. Es decir, cómo se permite una cierta cultura, tratar temas importantes como la vulnerabilidad, inseguridad, problemas emocionales, estrés….
Esto nos enseña que, al igual que ocurre con la religión católica o judía, separar religión, cultura y salud a veces es difícil, llegando a ser importante trabajar la transculturalidad en terapia o medicina.
Al final, es la terapia la que se tiene que adaptar al paciente y no el paciente a la terapia.
¿Tienes dudas?
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