Los porros no hacen daño… ¿verdad?

“La marihuana no hacen daño“. Seguro que en más de una ocasión hemos oído esta frase en boca de algún amigo, conocido o incluso pariente. Y seamos sinceros, si estás aquí es porque no estás del todo seguro de que sea cierta. En este artículo hablaremos de los mitos tras esta frase y valoraremos de forma objetiva los efectos de la marihuana.

Para comenzar, la marihuana es una sustancia que provoca cambios en el organismo a nivel químico y hormonal. Sólo por eso, podemos afirmar que tendrá un efecto en nosotros. Para valorar si estos efectos son beneficiosos o perjudiciales tenemos que diferenciar entre efectos a corto, a medio y a largo plazo.

Efectos inmediatos del cannabis.

Con tan solo un porro, la marihuana o el hachís influyen en la percepción del placer, la memoria, la concentración, el movimiento, la coordinación y la percepción del tiempo y espacio. Además, aquellos/as que hayáis consumido habréis observado que tras fumar se produce una sensación depresora del sistema nervioso, de ahí los efectos “relajantes”.

Esto se produce porque el THC se une a receptores cannabinoides del cerebro y activa el sistema de recompensa. Este sistema es el que se despierta ante situaciones placenteras de nuestra vida como cuando comemos una comida que nos gusta mucho, al comprar cosas que nos interesan, hacer ejercicio, tener sexo… Tanto con el cannabis como en estas situaciones nuestro cuerpo libera una sustancia llamada dopamina, que provoca esta respuesta de placer.

El que fuma un porro puede quedarse en esta sensación y pensar que es el único efecto que tiene. Como cuando éramos pequeños y nos dábamos un atracón de dulces, pensábamos que el único efecto era el placer, pero no éramos capaces de ver que otros efectos se dispararían a continuación:

Efectos agradables.

  • Sensación de relajación y tranquilidad.*

  • Sensación de placer.*

  • Sensación de rapidez mental.*

  • Sensación de concentración.*

  • Aislamiento del entorno.**

Efectos desagradables.

  • Nauseas y/o mareos.

  • Dificultad para pensar con claridad.

  • Dificultad para retener información.

  • Dificultad para la coordinación.

  • Dificultad para mantener la erección.

  • Aislamiento del entorno.**

*Tal vez os habéis fijado en los cuatro asteriscos que hay sobre los efectos agradables de la marihuana. Están ahí porque conviene tomarse un segundo para observar con atención estas ventajas. Como se suele decir, siempre hay una “Cara B”, un lado negativo y lo mejor es conocerlo de antemano:

  1. Cuando decimos sensación relajación y tranquilidad, nos referimos a que el THC funciona de forma alternante: Primero genera taquicardia e hipertensión (aumento del pulso sanguíneo) y posteriormente bradicardia e hipotensión (descenso del pulso sanguíneo). Pero no siempre se produce este descenso. Lo que se conoce como “un mal viaje”, “un chungo” o “un amarillo” puede ocurrir por el mantenimiento de esta fase de tensión elevada y pulso acelerado, o por un cambio muy brusco a la fase de pulso bajo.

  2. En cuanto a la sensación de rapidez mental o sensación de concentración hay que matizar porque se produce. El consumo de marihuana destruye ciertas conexiones neuronales y “desconecta“ otras neuronas. Fruto de esto el resto de neuronas sanas redoblan sus esfuerzos, generando una sobreactivación que percibimos como mayor concentración o rapidez mental.

**En cuanto al “aislamiento del entorno“ se ha incluido en ambas columnas porque dependiendo de la situación de la persona puede interpretarse como una sensación agradable o desagradable.

Hasta ahora ha sido una batalla reñida. Por un lado, tenemos sensaciones agradables que nos ayudan a sobrellevar el día a día, pero por el otro tenemos sensaciones desagradables que se pueden dar en algún momento. Es posible que sigáis pensando: “bueno me sigue pesando más la parte buena”. Echemos un vistazo a los efectos a medio y largo plazo.

A medio plazo.

  • Aumento de la impulsividad.

  • Dificultad para controlar las emociones.

  • Dificultad para tomar decisiones.

  • Problemas en la memoria semántica (encontrar palabras, expresarse de forma hablada o escrita).

  • Más dificultad para la planificación de tareas a largo plazo.

  • Problemas para el aprendizaje de actividades nuevas.

A largo plazo.

  • Síndrome amotivacional: Falta de interés por nuevas actividades y perdida de la motivación por conseguir objetivos y metas personales.

  • Orientar nuestro día en torno al consumo o a la marihuana.

  • Aislamiento de los demás.

  • Sensación de vacío y desconexión del sí mismo.

  • Mayor tendencia a la depresión y a la ansiedad.

Quizás a estas alturas de la película nos haya dado miedo leer la tabla. Quizás la hayamos minimizado o quitado importancia. Tal vez han surgido de nuestra boca o de nuestra mente frases como “a mi nunca me ha pasado eso” o “yo siempre me he sentido bien”. Estas frases son muy habituales en todos nosotros.

Tener la sensación de que yo soy especial y a mi no me pasará es conocido como “falsa sensación de seguridad”. Es uno de los mecanismos que nuestro cerebro usa para protegerse del miedo o la ansiedad que le produce pensar en tener un problema.

Es importante dedicar unos minutos e intentar abrir la puerta a esta información. Fíjate en la tabla de largo plazo y piensa si en algún momento te has sentido así. Observa si el consumo de marihuana, que en un principio te daba tanta tranquilidad y placer, esta empezando a controlar tu día. A alejarte de quién eres, de lo que te gustaba hacer.

Además, te ánimo a que te informes de la relación entre el consumo de tóxicos y la inteligencia emocional en este artículo.

Mitos sobre el cannabis.

¿Nos quedan mas resistencias? Veamos otras frases que se oyen y “quitan importancia” al consumo:

  • La marihuana no puede ser tan mala si muchos artistas, músicos y raperos, actores y escritores fuman.

  • Todo el mundo fuma marihuana.

  • La marihuana es mas sana que el tabaco.

  • La marihuana viene de una planta y por eso es natural.

  • La marihuana no produce adicción.

  • La marihuana es terapéutica.

¿Qué grado de verdad le damos? ¿Consiguen estas frases quitarnos la preocupación tras leer acerca de los efectos adversos que tiene la marihuana?

Quizás ya no tienen el mismo efecto, pero por si acaso alguno de nosotros se ha escondido detrás de esta muralla de mitos, vamos a tumbar alguno:

  • Lo cierto es que el uso de la marihuana esta extendido y va en aumento en cada nueva generación. Esto es especialmente preocupante, ya que los efectos adversos que hemos leído antes son mucho más agresivos sobre el cerebro adolescente.

  • Cada vez más personas dentro de la sociedad artística han reconocido el consumo de sustancias psicoactivas y su abandono total. La tendencia general a lo largo de la vida es la de cuidarnos cada vez un poco más e ir prestando atención a lo que nuestros cuerpos nos dicen. También la mayor parte de los artistas y cantantes tienen instructores de yoga, entrenadores de fitness, asesores de imagen, nutricionistas y psicólogos personales. ¿Vas a ser tú menos?

  • Tanto el tabaco como la marihuana producen daño en los pulmones al ser consumida mediante la inhalación. El daño proviene de la combustión de la sustancia al ser quemada, ya que cualquier producto de la combustión que inhalemos actúa como tóxico para nuestro sistema respiratorio. Además, al fumar marihuana sin un filtro adecuado, el daño puede ser mayor.

  • La marihuana se obtiene de forma natural pero otras sustancias también y no por eso pensamos que son sanas. La heroína o el opio utilizaban el mismo reclamo en los años 70 y 80, pero ahora conocemos que aunque sean de origen natural, pueden provocar la muerte. Además, es importante recordar que aunque su origen sea natural no quiere decir que lo que nosotros consumamos lo sea. Puede estar cortada/mezclada con otras sustancias tóxicas para abaratar el coste.

  • El uso terapéutico de la marihuana, como el de cualquier medicamento, tiene que ser controlado en dosis y supervisado por un médico. Como cualquier fármaco, el uso propio y descontrolado puede causar adicción.

Para concluir.

  • Presta atención a las señales o efectos adversos que la marihuana pueda estar teniendo en ti.

  • Olvídate de frases hechas que algún conocido te repite en un parque o en un bar de mala muerte, reflexiona sobre lo que a ti te preocupa y te afecta en tu día a día.

  • Se consciente de tus defensas, negaciones y resistencias para minimizar el problema.

  • Pon el foco en el control que tienes sobre la sustancia.

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